Pero si ya pagamos nuestros pasajes en este mundo
por qué, por qué no nos dejan sentarnos y comer?
Queremos mirar las nubes, queremos tomar el sol y oler la sal,
francamente no se trata de molestar a nadie,
es tan sencillo: somos pasajeros.
Todos vamos pasando y el tiempo con nosotros:
pasa el mar, se despide la rosa,
pasa la tierra por la sombra y por la luz,
y ustedes y nosotros pasamos, pasajeros.
Entonces, qué les pasa?
Por qué andan tan furiosos?
A quién andan buscando con revólver?
Nosotros no sabíamos
que todo lo tenían ocupado,
las copas, los asientos,
las camas, los espejos,
el mar, el vino, el cielo.
Ahora resulta
que no tenemos mesa.
No puede ser, pensamos.
No pueden convencernos.
Estaba oscuro cuando llegamos al barco.
Estábamos desnudos.
Todos llegábamos del mismo sitio.
Todos veníamos de mujer y de hombre.
Todos tuvimos hambre y pronto dientes.
A todos nos crecieron las manos y los ojos
para trabajar y desear lo que existe.
Y ahora nos salen con que no podemos,
que no hay sitio en el barco,
no quieren saludarnos,
no quieren jugar con nosotros.
Por qué tantas ventajas para ustedes?
Quién les dio la cuchara cuando no habían nacido?
Aquí no están contentos,
así no andan las cosas.
No me gusta en el viaje
hallar, en los rincones, la tristeza,
los ojos sin amor o la boca con hambre.
No hay ropa para este creciente otoño
y menos, menos, menos para el próximo invierno.
Y sin zapatos cómo vamos a dar la vuelta
al mundo, a tanta piedra en los caminos?
Sin mesa dónde vamos a comer,
dónde nos sentaremos si no tenemos silla?
Si es una broma triste, decídanse, señores,
a terminarla pronto,
a hablar en serio ahora.
Después el mar es duro.
Y llueve sangre.
pablo neruda.
sábado, 21 de junio de 2008
soy la voz...
es de noche y camino en la oscuridad de la noche sin luna,
la lluvia ha mojado las calles y el aroma a tierra mijada
se deja sentir en el ambiente,
tu recuerdo acelera los latidos de mi corazón y retarda mis pasos.
voy hacia ti, voy a encontrarme contigo... ayer pedi que te murieras
y hoy quiero tenerte en mis brazos,
el aroma de la noche invade mi mente y trastorna mis sentidos,
las luces de los faroles se suceden uno a uno a intervalos regulares
como si marcaran los pasos que voy dando.
es el recuerdo de tu piel lo que me invita a seguir mi camino
y no detenerme, la tranquilidad de la calle me hace recordar
en la misma tranquilidad que siento cuando descanso en tu pecho
y tus brazos me rodean... esa sensación... hace que me detenga
por unos segundos.
soy el eco de tu voz cuando pronuncias mi nombre tres veces,
soy la voz que te llama y no contestas,
soy la luna que cuida tu sueño,
soy tu misma cuando duermes.
césar althieri.
la lluvia ha mojado las calles y el aroma a tierra mijada
se deja sentir en el ambiente,
tu recuerdo acelera los latidos de mi corazón y retarda mis pasos.
voy hacia ti, voy a encontrarme contigo... ayer pedi que te murieras
y hoy quiero tenerte en mis brazos,
el aroma de la noche invade mi mente y trastorna mis sentidos,
las luces de los faroles se suceden uno a uno a intervalos regulares
como si marcaran los pasos que voy dando.
es el recuerdo de tu piel lo que me invita a seguir mi camino
y no detenerme, la tranquilidad de la calle me hace recordar
en la misma tranquilidad que siento cuando descanso en tu pecho
y tus brazos me rodean... esa sensación... hace que me detenga
por unos segundos.
soy el eco de tu voz cuando pronuncias mi nombre tres veces,
soy la voz que te llama y no contestas,
soy la luna que cuida tu sueño,
soy tu misma cuando duermes.
césar althieri.
amiga a la que amo...
Amiga a la que amo: no envejezcas.
Que se detenga el tiempo sin tocarte;
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.
Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si tu hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.
No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, perjuiciosa
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al moverte, deshiciera.
Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus brazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.
Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar, meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.
Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.
bonifaz nuño.
Que se detenga el tiempo sin tocarte;
que no te quite el manto
de la perfecta juventud. Inmóvil
junto a tu cuerpo de muchacha dulce
quede, al hallarte, el tiempo.
Si tu hermosura ha sido
la llave del amor, si tu hermosura
con el amor me ha dado
la certidumbre de la dicha,
la compañía sin dolor, el vuelo,
guárdate hermosa, joven siempre.
No quiero ni pensar lo que tendría
de soledad mi corazón necesitado,
si la vejez dañina, perjuiciosa
cargara en ti la mano,
y mordiera tu piel, desvencijara
tus dientes, y la música
que mueves, al moverte, deshiciera.
Guárdame siempre en la delicia
de tus dientes parejos, de tus ojos,
de tus olores buenos,
de tus brazos que me enseñas
cuando a solas conmigo te has quedado
desnuda toda, en sombras,
sin más luz que la tuya,
porque tu cuerpo alumbra cuando amas,
más tierna tú que las pequeñas flores
con que te adorno a veces.
Guárdame en la alegría de mirarte
ir y venir en ritmo, caminando
y, al caminar, meciéndote
como si regresaras de la llave del agua
llevando un cántaro en el hombro.
Y cuando me haga viejo,
y engorde y quede calvo, no te apiades
de mis ojos hinchados, de mis dientes
postizos, de las canas que me salgan
por la nariz. Aléjame,
no te apiades, destiérrame, te pido;
hermosa entonces, joven como ahora,
no me ames: recuérdame
tal como fui al cantarte, cuando era
yo tu voz y tu escudo,
y estabas sola, y te sirvió mi mano.
bonifaz nuño.
jueves, 12 de junio de 2008
haja o que houver...
Haja o que houver,
eu estou aqui
Haja o que houver,
espero por ti.
Volta no vento o meu amor
Volta depressa,
por favor
Ha quanto tempo ja esqueci
Porque fiquei longe de ti
Cada momento é pior
Volta no vento por favor.
Eu sei
Quem es para mim
Haja o que houver
Espero por ti.
Ha quanto tempo ja esqueci
Porque fiquei longe de ti
Cada momento é pior
Volta no vento por favor.
Eu sei
Quem es para mim
Haja o que houver
Espero por ti
Eu sei, eu sei
Quem es para mim
Haja o que houver
Espero por ti.
Madredeus
eu estou aqui
Haja o que houver,
espero por ti.
Volta no vento o meu amor
Volta depressa,
por favor
Ha quanto tempo ja esqueci
Porque fiquei longe de ti
Cada momento é pior
Volta no vento por favor.
Eu sei
Quem es para mim
Haja o que houver
Espero por ti.
Ha quanto tempo ja esqueci
Porque fiquei longe de ti
Cada momento é pior
Volta no vento por favor.
Eu sei
Quem es para mim
Haja o que houver
Espero por ti
Eu sei, eu sei
Quem es para mim
Haja o que houver
Espero por ti.
Madredeus
jueves, 5 de junio de 2008
dicen...
Dicen que ando por ahí
Retando al porvenir,
sin derecho
Por cada sol un corazón
Me robo y la ilusión,
compro y vendo
Dicen que loco me volví
Que ya no queda mas de mí
Dicen las lenguas creativas
Cosas divertidas
Dicen que rompo la hermandad
Que vivo a la mitad este canto
Juran que el sueño traicioné
Por lo que ayer soñé entre tantos
Dicen que soy de lo mejor
Cuando les gana la pasión
Dicen y dicen
Y algunos hasta me maldicen
Dicen que yo me la robé
No saben que ella fue siempre mía
Otros incluso en su obsesión
Subastan la inversión de mi hombría
Ruegan por que en mi distracción
Pierda la musa en un avión
Dicen que soy un meloso
Y hasta peligroso
Dicen que un día pagaré
Con sangre por lo que no me callo
Dicen que el cambio no será
Que falta por robar lo soñado
Dicen que ya me cansaré
Que tiene precio este querer
Dicen y dicen
Y algunos hasta me maldicen
a. filio
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