jueves, 27 de abril de 2017

una puerta...

La casualidad tienen varias formas de presentación pero siempre esta presente, como hilo conductor, la memoria, los recuerdos.

¿Qué seriamos de nosotros mismos sin su existencia?

¿De la casualidad o de los recuerdos?
De ambos, de ese misterio que los entrelaza cuando menos lo queremos.

Siempre tratamos de olvidar; pero, cómo olvidar lo que nos pertenece.

Asi pues, sucedio.

En escasos segundos, buscando otra figura, otra silueta decidi voltear para buscarla a través de la puerta, pero te encontre a ti. Ahi estabas, quieta, inmovil.

Llegabas y ya buscabas como irte.

Dudé, durante milesimas de segundo dudé. Pero te reconoci por como te recordaba.

Quiso la casualidad que el transporte en el que iba yo tardara mas de lo normal, estacionado frente a ti, dudé en bajarme o quedarme, te veias apurada, como siempre, y volvi a dudar. Analizando todas las posibilidades de un encuentro, permaneci observandote, entraste, alguien tiro algo frente a ti cuando ibas a comprar el boleto, volvi a analizar las posibilidades y decidi permanecer quieto. Sabia que no ibas a tardar mucho esperando, de cualquier manera, ¿de qué ibamos a hablar? ¿cómo te empezaria a hablar? Decidi que te iba a observar hasta que desaparecieras en el horizonte. y asi fue. subiste a un transporte blanco que te iba a llevar a tu destino final.

Despues se reactivaron los recuerdos reprimidos...

c. althieri