eras tú,
ese ruido que hacían tus pasos
sobre las hojas secas
que descansaban en el camino
húmedo por la lluvia
que un día anterior
cayó sobre el bosque...
eras tú,
ese vidrio empañado
en la habitación contigua
de esa mañana fria y húmeda
otoñal en la que no había
nada mas que solo
un libro y una mesa...
eras tú,
ese movimiento ondulante
que permanecia en el estanque
en el cual se relfejaba
el brillo de la luna...
c. althieri