cuando la muerte nos vuelva a encontrar en el camino empedrado del tiempo, con el sol del viernes en la espalda formando nuestras sombras adelantadas a nuestro paso, iremos platicando de las cosas que nos sucedieron después de nuestra última vista...
de como te conoci en esa fila, en la central de autobuses, quiso el destino que llegaramos tarde y nos asignaron la corrida siguiente, platicamos un rato sin saber nuestros destinos, que al paso del viaje resultaron ser el mismo...
platicaremos de cómo un día fui al barrio donde vivias y sin buscarte pero con ganas de encontrarte te vi sentada en una banca de la iglesia, un viejo templo de piedra con una torre, me sente atras de ti y empece a rezarle a la virgen, aunque en realidad te rezaba a ti, maria magdalena...
igual recordaremos aquella vez que viajamos a visitar las ofrendas de los muertos que no conociamos pero que nos inquietaba su presencia, como si nos susurraban sus recuerdos nos perdimos en las luces de las velas, en el aroma de las flores, en el sabor de los panes y el brillo de tus ojos contrastando la oscuridad de la muerte que visitabamos, de la muerte que nos guia ahora, de la muerte que no nos pudo separar...
c. althieri