no habia melodias en el canto de los pajaros, el aire se llenaba del aroma de los cedros y tierra mojada, mientras caminabas, tus pasos dejaban huellas que la lluvia nocturna se encargaria de borrar...
de vez en vez te detenias a ver algo que llamaba tu atencion, una piedra, una rama, una flor, te mantenias en union con la vida, la de antes y la de ahora, la que tuviste y la que, ahora, soy testigo...
cuando llegamos al valle nos sorprendio la cascada, nos habian hablado de ella tantas veces que ya la podiamos imaginar como hasta ese dia la vimos, el rocio saturaba ahora el aire y las minusculas gotas se pegaban a tu piel y a tu cabello rojizo...
despues, igual que ayer, despertamos sin mas recuerdos que los que hemos olvidado a fuerza de querer alejarnos uno del otro, como si saber de nuestras vidas fuera un pecado, un asesinato mutuo, suicidio de los sueños...
c. althieri
No hay comentarios.:
Publicar un comentario